Andando bajo las orillas del mar
golgeando sin parar
su furia abrasadora,
llegue a contemplar
en el silencio de la noche.
El movimiento
que amenazaba con sus olas,
pensé que la humanidad
era como cada marea,
que choca entres las rocas
agrietando la tierra.
El mundo dejaba espacio
hacia la inmensidad del agua,
que contenía el océano
tan hermoso, el fondo
tan claro,
su bello aroma del aire
es un desierto.
Para los hombres es una bendición
para la tierra es un mito
hecho a leyenda,
de tantas incógnitas
escritas en el fondo
de cada marea....
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