Muerte amarga
desvanecida por el atropello
del tiempo,
corriendo entre la inmensidad
del cuerpo corrompido
en la penumbra del silencio
infinito absoluto en la
duda
que es desvanecida,
maldecida
por la humanidad,
embriagada bajo
los pétalos malditos
del efímero
cuerpo oscuro,
que es aplastado
por la rabia que llora
el alma encadenada...
Entre laberintos
e incógnitas sin descubrir
por la vida marcada
en el momento que es cortada,
maldigo el umbral de la muerte
y la conciencia que atraviesa
en las mismas entrañas,
rotas, divididas
bajo el corazón que no siente,
y es congelado
por la maldad infinita, escondida
como sombra de identidad falsa
que es perturbada y apagada,
en esa calma
solitaria y ensangrentada
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